sábado, 11 de mayo de 2013

La ciudad que veo (en el cine)


Justo antes de los Oscar

Es sábado en la noche, más o menos las 8:00 pm, clima relativamente templado que poco a poco se torna frío con el pasar del tiempo pero, dentro del lugar, casi no se siente y la gente se quita las chaquetas para no sentir calor.

Las filas son largas, sobre todo, la de las comidas y en la taquilla se escuchan los pequeños ruidos de la gente decidiendo qué película verán, si desean reír mientras ven la película o si quieren asustarse un poco, o tal vez algo de acción y emocionante o una de esas que conmueven.

Un lugar al cual una parte de la población asiste para divertirse y distraerse, salir un poco de la rutina semanal y tener un momento para compartir en pareja, en familia o con los amigos; los cinéfilos llegan antes de la función para tener asegurada su entrada a la película y de paso aprovechar  y comprar algo de comer porque “cine sin maíz pira no es cine”. Es allí, en el cine, donde a Maria Alejandra le gusta estar.

Maria Alejandra es una joven de 18 años, estudiante de Comunicación Audiovisual en el Politécnico Colombiano de Medellín, una persona apasionada por el cine, tanto así, que desea algún día llegar a ser directora, y está estudiando para lograr alcanzar. Como cualquier otra joven, tiene un atuendo informal, camisa, jeans y tenis y en su cara se refleja la emoción y el gusto que tiene por ver películas y sorprenderse cada vez más o, por otro lado, opinar acerca de esas que no le generaron sentimiento alguno.

Ella tiene una costumbre que muy pocas personas poseen: justo antes de los Oscar ve todas las películas que han sido nominadas para tener su propio criterio y juzgar, así sea para ella misma, las películas que escogieron como ganadoras, porque piensa que ver solo el filme que recibió el premio no tiene sentido ya que cada película es diferente, trata temas distintos, solo el simple hecho de tener un director diferente las hace totalmente opuestas entre sí, aparte de los actores y las historias.

Emocionada entra a la sala donde proyectan la película por la cual pagó para entrar, con la gaseosa en una mano y las crispetas en la otra, esperando sorprenderse y tachar una vez más la lista de cintas vistas y nominadas para los premios Oscar de este año.

Dentro de la sala se distinguían pocas cosas; estaba oscuro, como es de costumbre encontrarla, lo único que se podía distinguir con facilidad eran las pequeñas luces azules que alumbran en el piso que indican la fila en la que se deben sentar los espectadores, en los costados, las pequeñas lámparas alumbran con una luz muy tenue y justo antes de iniciar la película se apagan por completo.

Las personas hablan y ríen, mientras empieza el filme, comen de sus crispetas llenas de mantequilla y toman de sus gaseosas, algunas grandes otras pequeñas y otras de tamaño familiar, cargadas de hielo.

Cuando las lámparas se apagan, la sala se torna silencia de repente, lo único que se alcanza a escuchar es el ruido de las teclas de algunos celulares que aún no han sido apagados por sus dueños o uno que otro estornudo, de repente la multitud queda totalmente callada, la película ha iniciado interrumpiendo cualquier tipo de comunicación entre los espectadores, mantiene sus miradas fijas en la pantalla. Los pocos ruidos que se perciben son los de los sorbos de gaseosa y las manos que entran y salen de las cubetas de crispetas.

El filme avanza y poco a poco se va escuchando los suspiros, risas y leves llantos que son generados al público con cada sorpresa reveladora en el transcurso de la cinta.

Finalmente una imagen negra inunda la pantalla y pequeñas letras blancas van adornándola, las luces laterales se encienden de una manera muy tenue y las personas de los alrededores empiezan a pararse de sus asientos con las cubetas vacías y los vasos sin una sola gota de gaseosa, se acomodan uno detrás del otro justo en la puerta que indica la salida y uno a uno van abandonando la sala hasta dejarla completamente despojada de persona alguna.

Alejandra sale del lugar con una nueva película en su lista de vistas y con una posibilidad más para opinar acerca de las que salen en los premios de la academia, como cada año. 

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